La tecnología ha sido patentada por la empresa energética RAG Austria. Ahora se está desarrollando a través de un proyecto de la Unión Europea en el que participan varias empresas e instituciones austriacas y suizas, entre ellas el instituto de investigación suizo Empa.
El funcionamiento comienza en verano, cuando el excedente de electricidad generado por los paneles solares y las turbinas eólicas se utiliza para producir hidrógeno. Más concretamente, esa electricidad se utiliza en un proceso de electrólisis, para dividir el agua en hidrógeno y oxígeno.
Ese hidrógeno -junto con el dióxido de carbono líquido- se inyecta en yacimientos naturales de arenisca porosa, como los depósitos de gas natural agotados, hasta 1.000 m por debajo de la superficie de la Tierra.

Allí, «en un tiempo relativamente corto», los microorganismos naturales conocidos como arqueas metabolizan el hidrógeno y el CO2 en gas metano y agua. El metano se bombea de nuevo a la superficie, donde puede utilizarse como componente principal del gas natural neutro en CO2 durante los meses de invierno.
RAG Austria ha demostrado con éxito los principios básicos y ha logrado hasta ahora una eficiencia de conversión de electricidad solar/eólica en metano de aproximadamente el 60%.
Los socios del proyecto están investigando ahora las posibles fuentes de CO2 y el excedente de energía renovable, y están trazando posibles ubicaciones para las instalaciones de Underground Sun Conversion.
Fuente: worldenergytrade.com